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Apatía.

El alcohol político que hemos tomado durante estos últimos años era de una graduación tal alta que, muy probablemente, la resaca electoral durará un poco más de lo habitual.
Tras la resaca llegarán los dolores de cabeza y la pesadez de estómago (del todo habituales) y las promesas de no volver a beber tanto nunca más. ¡ Pero tarde o temprano volveremos a beber ! 
Ayer, el entorno de Ferraz en contraste con Génova era desolador. Era ayer precisamente cuando una gran parte de esos millones de votos que aún sigue teniendo el PSOE deberían haber acudido en apoyo de los suyos, pues en la derrota es donde los apoyos tienen mas mérito. Pero la apatía parece haberse apoderado de las bases y también de los dirigentes.
Daban las elecciones por perdidas. Lo sabemos todos. Han tenido casi ocho años de poder y han cumplido muchas de sus expectativas. Han desarrollado una idea y un modelo de España muy peligroso.
Saben perfectamente que tarde o temprano volverán a gobernar y del PP depende que sea más bien tarde. No obstante, la experiencia nos dice que los socialistas en la oposición son temibles. Lo veremos desde el primer día.
Apáticos o no, van a ir a por sangre desde el principio y si, como parece, es Rubalcaba el que les va a dar la réplica, que se preparen. Lo que más miedo me dá de Rajoy es el poco miedo que dá. 


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